PONTOVAL

"Ponto" = "puente" en esperanto. Simboliza nuestro modo de pensar: establecer nexos entre culturas, costumbres, pensamientos, épocas – y esto sin nacionalidades, barreras o estigmas...

No hay mejor lugar para ello que Valparaíso, una ciudad multifacética, colorida, influenciado por gente proveniente de todas las esquinas del mundo.

La familia

Familia Pontoval

Somos una familia bilingüe alemán-española proveniente de Suiza. Dos adultos, Ernst y Sandra, y 2 niños, Damian y Laura. Ernst es profesor de español y además habla inglés, francés e italiano. Sandra sabe cocinar ricas comidas saludables nacionales e internacionales, además de ser instructora de fitness y hacer en su tiempo libre running y escalada. Nos gusta en general el deporte o actividades al aire libre como el voleibol, bicicleta, kayak de mar, los chicos aprovechan las playas cercanas para hacer surf. Somos conscientes de nuestro alrededor e intentamos colaborar con la protección del medioambiente y llevar una vida sustentable.

Estamos contentos de poder compartir este lindo lugar contigo.

¡Te esperamos!

Nuestra casa

La nuestra es una gran casa patrimonial construida en 1927. Cuenta con 7 habitaciones y un departamento anexado con entrada independiente. Al lado de la piscina hay un gran espacio techado, en el cual puedes hacer asados o simplemente descansar. La terraza del 2do piso ofrece una vista panorámica, todo el establecimiento tiene Wi-Fi gratis. Los espacios comunes incluyen al comedor, salón, sala de clases, biblioteca y a la cocina.

Estuvimos un año restaurando nuestro hogar con mucho respeto y cariño - hemos procurado reutilizar y mantener todo lo posible. Por lo mismo vas a encontrar tu cama o ventanas hechas con vigas originales del techo de Roble y Raulí, mesas con tablas de Laurel proveniente del antiguo piso y persianas de ventanas transformadas en respaldos de cama.

 

Encontramos espacio para lo verde, hierbas aromáticas y de cocina y hasta para cultivar lechugas y mantener una compostera. Alrededor de la casa encuentras rincones que invitan a sentarse un rato a contemplar y a escuchar el cantar de los pájaros.

Estamos en un barrio que mantiene el estilo de vida original de esta ciudad. Te vas a topar en la calle con niños elevando volantines y dueñas de casa haciendo sus compras en el negocio de la esquina. La gente tiene aún tiempo para conversar e interactuar con turistas.